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sábado, 19 de enero de 2008

Pausa y ritmo: Preludio a la métrica, introducción.

Cierta vez dijo un músico; que la melodía no la hacen las notas, sino la pausa entre ellas.
En efecto, un conjunto de notas tocadas sin pausa alguna no son más que un ruido; perfectamente audible, pero ininteligible.
Para que haya melodía, tiene que haber pausas entre notas, asimismo; en las conversaciones orales, solemos hacer pausas respiratorias, pero también hacemos pausas intencionales, con el fin de darle fuerza a nuestro discurso, además de ello modulamos el tono de la voz; subiéndolo o bajándolo, según lo que vayamos diciendo.
El lenguaje escrito es una representación del lenguaje oral, y debería reflejar a este último, y para reflejar las pausas y la modalidad de la voz en el lenguaje escrito, se crearon los signos de puntuación. Claro que hay un fuerte desbalance entre el lenguaje oral y su reflejo, representado por el lenguaje escrito, ya que el primero está acompañado de gesticulaciones que no pueden ser representadas por símbolos en la escritura, además, carecemos de símbolos para diferenciar la exclamación a gritos producida por un arranque de rabia, de la que produce en cambio un grito de alegría o un suspiro de tristeza(entre otros), que quedan perfectamente definidos y diferenciados; en la oratoria, por medio de la modulación de la voz, mientras que en la escritura todos los tipos de exclamación aparecen encerrados entre los símbolos ¡!, sin diferencia alguna entre ellos, excepto las dadas por el contexto.
Tampoco hay diferencias escritas entre una pregunta irónica o sarcástica, una pedagógica, y una por simple curiosidad.
Sin embargo, los signos de puntuación son una herramienta que debemos aprender a usar para hacer llegar nuestros mensajes correctamente, al lector.
Y eso es verdad tanto en la prosa como en el verso, sobre todo en éste último, donde la melodía es importantísima en la construcción de un poema.
De manera que; antes de pasar al estudio de la métrica, es importante saber cómo funciona la rítmica en la declamación, ya que la métrica responde a ella, es decir, que debemos aprender a declamar, haciendo todas las pausas presentes en un poema –tanto las gramaticales como las versales y de cesura que veremos más adelante- y modulando la voz de acuerdo al contenido.
De manera que, antes de explicar las diferentes pausas hagamos un ejercicio de lectura pausada del poema que más les guste.
Para ello es necesario escucharnos mientras declamamos, y la única manera de escucharnos con total atención es la siguiente:
Coloca tus manos en los oídos, pero asegúrate de formar con ellas una concavidad a modo de concha marina o caracol o audífono; si escuchas un ligero vientecillo, lo has hecho bien.
Ahora lee en voz alta cualquier texto, haciendo pausas brevísimas ante las comas, pausas medias ante los puntos y comas, pausas largas ante los puntos, y asegúrate de escucharte a ti mismo, mientras lees.
Otro ejercicio es el inverso, imagínate que hablas con un amigo imaginario, o háblale al espejo, siempre con una mano en el oído para que te escuches, y escribe en un papel todo lo que dices, prestando atención a las pausas que haces y colocando coma, punto y coma o punto según el largo de la pausa. El contenido no importa, puedes decir lo que quieras, lo que sí importa es dónde están las pausas, qué tan largas son y cómo las describimos simbólicamente en el papel.
La pausa que sigue a la coma es la que haces al elencar objetos; como en: mangos, aguacates, piñas, melones, sapotes, nísperos.
La pausa que sigue al punto y coma es la misma que ejecutas cuando unes dos oraciones en una, ejemplo:
El perro de Pedro me mordió + el perro de Pedro tenía colmillos afilados = el perro de Pedro; que tenía colmillos afilados, me mordió.
Hay que hacer una pausa media después de la palabra "Pedro" y una breve después de la palabra "afilados", para que la oración suene bien.
La pausa para el punto es la que haces cuando terminas una idea y quieres comenzar otra.
Asegúrense de realizar estos ejercicios. En un próximo artículo explicaré qué son y cómo se usan los signos de puntuación, y qué es una pausa versal y una de cesura; por lo pronto les aclaro que el final de un verso exige una pausa, que será corta o larga según las posibilidades de encabalgamiento y el contexto del escrito.
No estoy de acuerdo en que el encabalgamiento elimina la pausa entre versos; según mi parecer tan solo la abrevia, pero no la desaparece. Pero de esto hablaremos en otro apartado.

Para profundizar en las construcciones de la métrica les dejo varios links que  me han sido de gran utilidad, son páginas Web magníficas que consulto periódicamente; a saber:

http://universoliterario.net/indice.htm


http://www.mallorcaweb.net/mostel/metrica2.htm 



Y con esto termino, en verdad mi primera intención era explicar la métrica castellana a mi manera, pero se ha dicho tanto sobre el tema que me parece superfluo repetir lo mismo que han escrito tantos otros (y mucho mejor de como yo lo harñia, además) por ende dejé los links que anteceden este párrafo para quienes consultar en profundidad.
De estos links el más completo a mi entender es el Universo Literario,y ya no me alargo más
Hasta el próximo artículo.

1 comentario:

joker_PUA dijo...

es muy interesante, m va a ayudar mucho en este camino k estoy emprendiendo!

gracias..